Hace poco vino el presidente del Gobierno de España a Navarra para
repetir una y mil veces que ¡Navarra es Navarra! Y han sido muchas las
voces de políticos y medios de comunicación las que han ironizado o
reído abiertamente de ello como si fuera una perogrullada. Pero no tiene
gracia. No es lo mismo cuando el presidente de España dice ¡un ladrillo
es un ladrillo! Porque al “Navarra es Navarra”, le añade ¡Foral y
Española! Y eso mismo están diciendo las derechas navarras PP-UPN y las
nos tan derechas PSN y otros…
Para mí, la frase de Rajoy y sus coros navarros es muy importante. De
hecho en su visita a firmar al nuevo pacto con UPN traía un solo
mensaje, recordar y dejar bien sentado que Navarra fue Navarra pero hoy
es España y punto. Y que eso, es indiscutible.
¿Algún político o política navarra se pregunta por qué y desde cuando
el escudo de Navarra está en el escudo de España? Públicamente nadie
habla de esto. ¿Será fruto de un fenómeno natural, tal vez volcánico,
que lo funde todo a su paso? ¿O será consecuencia de una conquista por
la fuerza de las armas con consecuencias dramáticas, con miles de
ciudadanos navarros muertos y una Navarra devastada?
El vencedor impuso sus condiciones y su memoria, pero lo que está
grabado a sangre y fuego, ni se le olvida ni se le debe olvidar, a una
colectividad humana porque refuerza su identidad.
Es muy triste que una parte de la población encabezada por un sector
de la clase política quiera ignorar esto tergiversando la realidad y
ejerciendo de vasallos, bien por comodidad, bien por ignorancia, pero en
la mayoría de los casos por interés de clase político-económica.
Pero también resulta doloroso que desde la izquierda se nos invite a
la población a resetear nuestra memoria y valores (hasta hace poco se
decía lavar el cerebro) insistiendo en que lo que vale es la voluntad de
una comunidad en un momento dado a ser libre, a exigir su derecho a
decidir, y a construir un nuevo Estado.
Esta voluntad y esa exigencia a ejercer este derecho a decidir no
sumarán mayorías si la comunidad navarra no refuerza su conciencia de
pertenencia histórica; si tiene borrado de su memoria natural lo que
fueron sus antepasados, cómo se organizaban, cuáles eran sus valores, de
qué leyes y normas de convivencia se dotaron, qué importancia tuvo
Navarra en la naciente Europa de los pueblos y los incipientes Estados…y
cómo terminó aquello hace 500 años y porqué. Qué fue de nosotros desde
1512 hasta 1841 y de entonces a hoy, y porqué hoy las cosas están como
están.
¿Qué sabemos el conjunto de la población navarra de todo esto? ¿Qué
saben nuestros escolares? ¿Qué sabemos las últimas generaciones, del
siglo XX y XXI…? Pues en general suspenso, un cate como una casa, porque
si no sabemos quién somos, ni de dónde venimos no se puede saber a
dónde queremos ir.
Me resisto a admitir que son planteamientos historicistas que no
llevan a ninguna parte porque es darle ventaja y la razón al
conquistador y a quien le defiende por ignorancia o intereses.
¿Algún político se ha preocupado de estudiar cómo figura Navarra y su
situación como Estado europeo en el derecho internacional? ¿Se ha
hurgando en los anales de la historia europea? Igual habría sorpresas.
No dudo de la buena voluntad, pero debemos reconocer que los de
nuestra generación no hemos hecho lo correcto y desde nuestro
desconocimiento hemos ahondado en este déficit agudizando la desmemoria
de las nuevas generaciones. Sería injusto no reconocer el trabajo de
algunos historiadores navarros que a contracorriente han trabajado mucho
y bien, pero me refiero más a la clase política e intelectual, a las
instituciones y a quienes de una u otra manera hemos estado en esas
tareas en los últimos 50 años. Y para la izquierda no considero
suficiente descargo el hecho de haber estado peleando en el marco de una
dictadura y en una sociedad como la navarra gravemente represaliada,
diezmada en el 36-39 y desde entonces totalmente silenciada y
polarizada.
No es suficiente excusa. Las cosas las podíamos haber planteado de
otra manera y desde luego ahora no hay pretexto que valga para
enmendarla.
Los símbolos, los sentimientos y su importancia
Otro
error de la izquierda es plantear la batalla de la memoria histórica
acotándola a los últimos 50 años ¿? Eso, es ni más ni menos que la
crónica de nuestra más o menos penosa vida, la vida y andanzas de
nuestra generación…
La memoria histórica tiene que tener su anclaje en los hechos
dramáticos para Navarra y sus gentes, que ocurrieron desde 500 años
atrás y hasta ahora irreversibles.
¿Existe algún pueblo del planeta que oculta su pasado a sus
descendientes? Sí, Navarra. Y no me refiero solamente a los
acontecimientos políticos y sociales, también a los modos y formas de
vida, a las costumbres de nuestros antepasados…Entiendo que algunos
jóvenes elijan hoy como referencia otras culturas, o sigan el manga u
otras modas internacionales, pero no han sido libres para elegir porque
si no conocen lo propio no puede reconocerse en ello. Lo mismo ocurre
con los símbolos y banderas.
En resumen, hay mucho por hacer desde la escuela y los medios de
comunicación social, desde las asociaciones y movimientos ciudadanos y
desde los partidos políticos y las instituciones, pero de entrada yo
creo que en el marco estrictamente político, se debe reconducir y
centrar las claves del debate.
Mi opinión es que en el terreno identitario la simbología es
importante y se ha hecho una mala pedagogía. Se ha identificado la
bandera de Navarra con la derecha navarra UPN y en todo caso con los
constitucionalistas españoles, y la ikurriña con los vascos y la
izquierda abertzale.
Y es un problema sólo de Navarra, porque la
Comunidad Autónoma Vasca tiene la bandera de su pueblo, la de su
provincia (Araba, Gipuzkoa, Bizkaia) y la ikurriña bicrucífera de su
comunidad política, la que ellos eligieron en referéndum con su
Estatuto. Aunque se considere que representa a Euskalherria.
En Navarra el problema es otro, y no se puede confrontar la bandera
de Navarra con la ikurriña bicrucífera. El símbolo de Navarra es la
bandera de Navarra y el verdadero debate político está entre una bandera
de Navarra y otra. La de la Navarra soberanista y la de la Navarra
foral y española. La primera, la histórica, con un proyecto moderno de
diversidad social y de izquierdas; y la otra, la de derechas y católica
(unos más otros menos) pero constitucionalista española.
Ahí están los dos proyectos. Y esto no es dividir a la sociedad
Navarra porque ya está dividida. Como toda comunidad humana, esta
también es plural. El debate político lejos de dividir, clarifica y
orienta a la sociedad.
Políticamente hablando creo que la clave está ahí, Navarra – España.
En defender y exigir el rescate del escudo de Navarra del escudo de
España. Esto tiene clara defensa. Si fue conquistado, se puede y debe
plantear ahora su restitución, y el restablecimiento de la soberanía
Navarra en el concierto internacional. Y si como dicen otros, fuimos
conquistados pero después se solventó con un pacto… ¿dónde está este
pacto? Que se ponga sobre la mesa y se revise. Todo pacto es voluntad de
dos partes y se deja firme constancia de ello. Y en ningún caso puede
ser eterno, será denunciable por las partes, será revisable, y eso
implica que Navarra y su ciudadanía tiene derecho a decidir si quiere
seguir con aquel supuesto pacto o firmar otro acorde con los tiempos; o
no pactar y recuperar su libertad, su soberanía… ¿o esto acaso no es
democrático?
De esto se habla cuando se dice que «Navarra es cuestión de Estado»
pero… ¿por qué nunca se explica, por qué nunca se aborda la cuestión
desde los intereses de Navarra?
YO REIVINDICO EL RESCATE