La importancia de este lugar radica en la resistencia opuesta por los navarros partidarios del rey Enrique II los años 1521-1522 tras el último intento de reconquista del reino por parte del rey Enrique, tras la invasión de Navarra realizada en 1512.
Después de la derrota en la batalla de Noáin, los navarros fieles al
rey Enrique II de Navarra se refugiaron en los dominios de los Albret al
otro lado de los Pirineos (en el Bearn y en la Baja Navarra). En
septiembre de 1521, hicieron otra incursión en el valle de
Baztán-Bidasoa y conquistaron el castillo, respetando la vida del
alcaide y de la guarnición castellana del castillo. Se quedó en el mismo
una guarnición de unos 200 navarros, al mando de Jaime Vélaz de
Medrano.
A principios de febrero, las tropas castellanas comienzan a efectuar incursiones en el valle. El 14 de marzo, toman la fortaleza de Orzorroz. El 17 de junio de 1522, tras una batalla, ocupan también la villa de Santesteban, cortando la comunicación de Maya con Fuenterrabía. El virrey castellano, conde de Miranda, ordenó el 3 de julio la toma de Maya. Las tropas castellanas con navarros beamonteses cercaron el castillo con unos 10.000 hombres, contra los 200 del castillo. En el castillo estaban dos de los hermanos del que posteriormente sería San Francisco Javier. Los navarros resistieron varios ataques desde el 15 hasta el 22 de julio, en que capitularon.
Los prisioneros fueron llevados a Pamplona, donde, a los 14 días, Jaime Vélaz de Medrano, el que había sido alcaide, y su hijo, fueron envenenados..
A principios de febrero, las tropas castellanas comienzan a efectuar incursiones en el valle. El 14 de marzo, toman la fortaleza de Orzorroz. El 17 de junio de 1522, tras una batalla, ocupan también la villa de Santesteban, cortando la comunicación de Maya con Fuenterrabía. El virrey castellano, conde de Miranda, ordenó el 3 de julio la toma de Maya. Las tropas castellanas con navarros beamonteses cercaron el castillo con unos 10.000 hombres, contra los 200 del castillo. En el castillo estaban dos de los hermanos del que posteriormente sería San Francisco Javier. Los navarros resistieron varios ataques desde el 15 hasta el 22 de julio, en que capitularon.
Los prisioneros fueron llevados a Pamplona, donde, a los 14 días, Jaime Vélaz de Medrano, el que había sido alcaide, y su hijo, fueron envenenados..
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